
Algo nuevo, algo viejo, algo azul y algo prestado...
Nunca quiso ser la version posmoderna de Susanita, ni soñaba con hijos, ni vestidos blancos, ni 14 de febreros. Sin embargo en su ansia de huir de la asfixia cotidiana y de su sombra oscura, creyó ver la salvación de su alma en la segura vida que le prometía un gentil caballero. Creyó que la paz vendría de la mano de la seguridad de un hombre que le ofrecía amor a granel que rebalsaba del universo. No, nunca alcanza con que sólo uno ame. No.
Creyó que su sensación de querer huir todo el tiempo, de todos los lugares, se aplacaría con ese acto. Un simple acto. No. No alcanzaba.
Con el tiempo, se sintió más y más ajena a esa realidad. No era eso lo que quería para su vida. No era esa vida la que quería para ella. Retornaron las ganas de huir y cada vez con más fuerzas.
Se fue, como siempre hacía y como aprendió a repetir religiosamente, en cada una de sus pausas. Nunca miraba para atrás, ni tenía remordimientos por lo que dejaba en el camino. Tenía la certeza de que todo trayecto que recorría era el puente necesario para acercarse cada vez más a la cruzada emprendida.
Nunca se sintió parte de un lugar, siempre estaba huyendo. Todos eran páramos de los cuales quería alejarse. Sólo se sentía felíz cuando estaba sola. Cuando las voces diarias se interrumpían para dejarla ser ella.
Creía que la vida era como una búsqueda del tesoro, no sabía qué... pero siempre estaba buscando.
Buscar y huir eran pivotes que la definían. Eran ella, y se sentía orgullosa de que así fuera. Pero en un momento, cierto dejo amargo comenzó a fundirse entre sus labios. Ya estaba cansada de correr, de errar sin rumbo fijo a donde el viento la lleve esta vez. Quería hacerse cargo de su destino y de sus decisiones. Sentía que la búsqueda era ella misma, ya no tenía más para escudriñar. La paz sólo podía encontrarla en sí misma.
Sabía que no era una labor fácil, que tendría excusas consabidas para levantar sus anclas, que podría inventar razones verosímiles para huir. Pero no quería irse. Esta vez... no quería correr.