viernes, 21 de octubre de 2011

Tan lejos, tan cerca...

Nunca pensé ibas a llegar tan lejos con todo eso. Me acuerdo mi frase en Tandil, la que sentenció ese viaje, y de la que tanto nos reíamos.
Nunca pensé que ibas a llegar tan lejos... siempre me cuestiono que si no hubiera tomado todo con tanta naturalidad, quizá algo hubiera sido distinto ahora.
El día que me robaste esos dos libros , me quedé pensando y lo único que quería era ir a tu casa a traerlos de vuelta. No por egoísta, pero sabía que lo mejor que te podía pasar era no leerlos.
Eran todas señales que, en realidad me aterraban. Estoy segura que el miedo me paralizaba. Conocía el camino que estabas empezando a andar y  me decía-te decía "vos no, vos no podés hacer lo mismo..."
Nunca pensé que ibas a llegar tan lejos con todo eso... Dolor, me quiebra el alma verte sufrir de esa manera, no poder salir de tu propio cuerpo y mirarte... tan linda.
Puedo estar en tus zapatos y no lo soporto. Porque sos vos, porque no quiero que seas vos.
La impotencia de no poder hacer, de que nada surta efecto, que no quieras agarrar la soga para cruzar el puente. Yo quiero que lo cruces. Como una niña que aprende a dar sus primeros pasos, puedas hacerlo y que te caigas, y vuelvas a levantarte, y que sigas intentando. Pero que quieras cruzar ese puente. Yo voy a estar del otro lado de la orilla, como estuve estos 20 años para darte fuerzas, para sostenerte, para darte un abrazo y saber que volví a tenerte como antes y linda como siempre...

lunes, 17 de octubre de 2011

De redenciones...

El humo del último cigarrillo mal apagado la despertó del letargo mental. Cuando una idea se le fija, no puede salir de esos pensamientos. Atascada en un discurrir sin salida. Nada de lo que haga la hará escapar de esa burbuja de palabras. Pueden pasar los días, las circunstancias, los hechos, y ella seguirá colgada en esa idea.
Necesitaba un poco de aire, despegar de ese aluvión de contradicciones. Agarró ese buzo desvencijado, los camel y las llaves. No necesitaba más.
Bajó las escaleras y salió hacia la calle. No tenía rumbo fijo. De repente, se encontro en la puerta del mismo bar en que solían charlar hasta cualquier hora, sin importar la hora, ni las obligaciones. Le pidió al mozo el primer gancia citrus de la noche. Y comenzó el exorcismo.
Deambulaba por las oscuras cornisas del pasado, del presente, del futuro.
¿Que hacer con esos pensamientos que recurrían una y otra vez?; ¿cómo expiarlos?
¿Cómo creer que estas palabras son diferentes a todas los dichas?, ¿qué señales para que esta foto sea distinta a las fotos anteriores?, ¿cómo no sentir que esto vivido, mañana pueden ser otros los protagonistas?; ¿cómo desterrar lo pasado para que no aparezca como fantasma reincidente?. Comprendía que el amor era una entidad casi espiritual. De creencias, de fe. Si de algo carecía en este momento, era de dogmas.
Dio por cerrado el debate interno de argumentos, pidió la cuenta y se fue... con la convicción de que esta emocionalidad, esta búsqueda conciente de melancolía,  eran las necesaria para volver a escribir...





De melancolías...

El Wordreference la define como aquella tristeza permanente. Moretti la interpela "¿Aquí otra vez?, ¿No has tenido bastante?. Freud la patologiza.Yo, la respiro, la habito, la resisto...
Hay días, hay momentos en que logro despojarme de ella. La dejo hecha un ovillo en la esquina de la habitación y duerme la siesta un rato.
Cuando despierta, vuelve a la carga y me pide que la lleve en brazos. Me la pongo al hombro y juntas desandamos caminos.
Cuando lo normal es llevarla pegada a tu piel, esos instantes en que duerme el aire se enrariza...
La algarabía inunda la casa y fruncimos el ceño... algo anda mal. Algo no cuaja. Seguramente anda escondida por ahí, entre sábanas caídas, esperando el momento para salir al cruce.
A veces, se enloquece y pide vacaciones. Esos son los peores días. Abstinencia. Desazón. Desconfianza.
Miro de reojo y la busco. Pienso que me hace chanzas, que en el minuto más impensado va a irrumpir y lanzarse a mi cuello.
Por eso desconfiamos de las buenas venturas, las miramos con atención y las escudriñamos. Sin dudas sentenciamos: No son genuinas, vuelvan a sus casas.
Y nos quedamos sentadas, una al lado de la otra, con la mirada perdida y sin ilusiones en los bolsillos...




sábado, 8 de octubre de 2011

De sensiblerías...

De noches sensibles...
Noches donde una palabra, un mimo cotizan alto.
Esas noches donde sólo querés escuchar que no existe el pasado, que de poder elegir nuevamente, elegiría esta vida junto a vos...
Noches de melancolía, con trazos delicados de inseguridades...
Noches de "chicas duras" que buscan romanticismo en el mínimo gesto,
hasta en la letra de una canción sublime que te transporta al amor mas puro...
Las chicas a veces, también, esperamos cursilerías...

martes, 20 de septiembre de 2011

She just wants to be...

De rounds



Me calzo los guantes y comienzo a dar pelea. Un gancho por aquí, un uppercut por allá... el rival está caído, pide pista y sigo golpeando. Abro un frente, dos, tres... ¿Cuántos frentes son necesarios para caer en la cuenta de que la pelea es conmigo?
Basta para mi. Basta para todos. Tiro la toalla por un rato. Necesito salir y respirar. Necesito una palmada condescendiente en la espalda. Necesito una mirada cómplice llena de ternura que me esperanze con que al final del camino, sin importar los resultados, me estará esperando ahí mismo donde me dejó.
"Suena la campana y hasta el banquito te quitan", decía Bonavena.
Así me quedo, en la soledad de la campana sin el banquito...

jueves, 21 de julio de 2011

De pocas pulgas...

Estos dias son los que prefiero salir de mi misma y quedarme sentada en la plaza disfrutando el viento en mi cara.
Días en que no me gusta cómo soy, cómo siento, cómo me afectan las cosas. Debería poder tomar la vida como es... un paseo de algunos años para poder disfrutar.
Me enoja soberanamente que los porteños sigan eligiendo un modelo excluyente, las injusticias diarias en mi trabajo, la falta de respeto hacia el otro desde el acto cotidiano, que mis amigos, a quienes admiro y adoro, elijan el sufrimiento... y a menor nivel, pero sumadas a las anteriores van colaborando con la olla a presión, me enoja que tenga que esperar el bondi 25 minutos con 5 grados, viajar en tren en hora pico y en vacaciones de invierno, que mi paciente me deje plantada sin más explicaciones que "no encontraba tu número para avisarte".
A veces soy visceral y las cosas no me pasan por el costado. Ultimamente soy mas visceral que nunca y nada me pasa por el costado. Todo me interpela, todo me atañe.
Estos días son los que me pregunto por qué la meditación trascendental no hace mella en mí. Por qué la onda zen no se amiga con mi aura energético y hacen las paces por un tiempo. Por qué no puedo, simplemente, quedarme unos días a vacacionar por las entrañas de la frivolidad.
Éstos días en que no quiero ser políticamente correcta y quiero mandar a todos al carajo.
Gracias a vos, puedo llegar a casa conla mochila repleta de quejas y cuando te cuento todo esto, me decís eso que me saca una carcajada y puedo mandar las pulgas a la cucha por un rato...

domingo, 6 de febrero de 2011

Yo no te devoro...



A veces la tristeza empaña el cristal con que vemos las cosas y nos convierte en seres incapaces de reconocer las cosas y personas que nos hacen bien, (así como a vos no te gusta que te digan).

A veces la distancia es una manera de dejar espacio para que puedas crecer con tus propias raíces, y no con raíces prestadas.
A veces es más difícil recibir la ayuda que necesita cuando uno mismo interpone obstáculos para que esa mano llegue. El cinismo y la ofensiva no sirven para unir orillas y tender puentes, sólo los destruyen.
A veces uno es selectivo en su memoria y sólo tiene presente aquello que quiere refrendar. No suelo hacer listas de mis presencias y abrazos genuinos, tampoco lo haré ahora. Sólo confío en que cuando estuve y cuando estoy, esas personas puedan guardarlo en una parte de su alma.
No llevo planillas de Debe y Haber.
Cuando me ausento, ante la falta de "problemas" y la incomodidad que te genera mi marcada preocupación, es porque confío en que en algún momento podrás reconocer que no podés sola, que tenés miedo y que necesitás de esa hermana que creo que estuvo en casi todos los momentos importantes o triviales de tu vida.
De todas maneras, celebro esta forma errática y tan "Carito" de anunciarme que estás preparada para armar las valijas y tomar el cordel que intento que amarres (hace tiempo) de tu lado de la orilla.

No me devores, no me comas, no te comas...