lunes, 17 de octubre de 2011

De melancolías...

El Wordreference la define como aquella tristeza permanente. Moretti la interpela "¿Aquí otra vez?, ¿No has tenido bastante?. Freud la patologiza.Yo, la respiro, la habito, la resisto...
Hay días, hay momentos en que logro despojarme de ella. La dejo hecha un ovillo en la esquina de la habitación y duerme la siesta un rato.
Cuando despierta, vuelve a la carga y me pide que la lleve en brazos. Me la pongo al hombro y juntas desandamos caminos.
Cuando lo normal es llevarla pegada a tu piel, esos instantes en que duerme el aire se enrariza...
La algarabía inunda la casa y fruncimos el ceño... algo anda mal. Algo no cuaja. Seguramente anda escondida por ahí, entre sábanas caídas, esperando el momento para salir al cruce.
A veces, se enloquece y pide vacaciones. Esos son los peores días. Abstinencia. Desazón. Desconfianza.
Miro de reojo y la busco. Pienso que me hace chanzas, que en el minuto más impensado va a irrumpir y lanzarse a mi cuello.
Por eso desconfiamos de las buenas venturas, las miramos con atención y las escudriñamos. Sin dudas sentenciamos: No son genuinas, vuelvan a sus casas.
Y nos quedamos sentadas, una al lado de la otra, con la mirada perdida y sin ilusiones en los bolsillos...




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