jueves, 21 de julio de 2011

De pocas pulgas...

Estos dias son los que prefiero salir de mi misma y quedarme sentada en la plaza disfrutando el viento en mi cara.
Días en que no me gusta cómo soy, cómo siento, cómo me afectan las cosas. Debería poder tomar la vida como es... un paseo de algunos años para poder disfrutar.
Me enoja soberanamente que los porteños sigan eligiendo un modelo excluyente, las injusticias diarias en mi trabajo, la falta de respeto hacia el otro desde el acto cotidiano, que mis amigos, a quienes admiro y adoro, elijan el sufrimiento... y a menor nivel, pero sumadas a las anteriores van colaborando con la olla a presión, me enoja que tenga que esperar el bondi 25 minutos con 5 grados, viajar en tren en hora pico y en vacaciones de invierno, que mi paciente me deje plantada sin más explicaciones que "no encontraba tu número para avisarte".
A veces soy visceral y las cosas no me pasan por el costado. Ultimamente soy mas visceral que nunca y nada me pasa por el costado. Todo me interpela, todo me atañe.
Estos días son los que me pregunto por qué la meditación trascendental no hace mella en mí. Por qué la onda zen no se amiga con mi aura energético y hacen las paces por un tiempo. Por qué no puedo, simplemente, quedarme unos días a vacacionar por las entrañas de la frivolidad.
Éstos días en que no quiero ser políticamente correcta y quiero mandar a todos al carajo.
Gracias a vos, puedo llegar a casa conla mochila repleta de quejas y cuando te cuento todo esto, me decís eso que me saca una carcajada y puedo mandar las pulgas a la cucha por un rato...